sábado, 25 de marzo de 2023

Mónico Sánchez Moreno (Piedrabuena, Ciudad Real, 4 de mayo de 1880 - ibídem, 6 de noviembre de 1961) fue un inventor e ingeniero eléctrico español, pionero de la radiología, telecomunicaciones sin cables y electroterapia, conocido por el invento de un aparato portátil de rayos X y corrientes de alta frecuencia en 1909.

En 1912, con 32 años regresó a España convertido en un emprendedor millonario. En 1913 construyó en Piedrabuena el Laboratorio Eléctrico Sánchez que ocupaba una superficie de 3.500 metros cuadrados. Contrató a un soplador de vidrio alemán para la elaboración de tubos de vacío.

Instaló una central eléctrica en su pueblo, abastecida por el carbón llegado en carros tirados por mulas. Hizo llegar la electricidad a las casas de Piedrabuena. Montó un cine en Piedrabuena. Hacia el final de su vida dejó de vender sus aparatos y tuvo ciertas dificultades económicas.

También fue presidente de la Cámara de Comercio de Ciudad Real.

lunes, 21 de octubre de 2019

Pío del Río Hortega

Pío del Río Hortega (Portillo (Valladolid), 1882-1945) fue un médico e investigador. Se licenció en la Facultad de Medicina vallisoletana en 1905. Durante la carrera, y también después de conseguir el título de doctor, estuvo trabajando en el laboratorio del catedrático de Histología Leopoldo López García, científico que asimismo influyó en la formación histológica del más eminente de los científicos españoles, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

Estuvo nominado dos veces para el Premio Nobel de Medicina.

Aunque eventualmente ejerció la medicina (fue médico de su pueblo natal), ese trabajo le resultó tan negativo que optó por realizar el doctorado como una especie de “respiro a pulmón lleno”. Su gran interés científico lo constituyó la investigación en el campo de la histología y así, aunque realizó trabajos sobre la histología patológica de las tumoraciones nerviosas, su discípulo Ortiz Picón lo definió más como histólogo que como anatomopatólogo. Por otra parte, en relación con su personalidad, Fernando de Castro lo definió (1952) como un hombre “muy susceptible, de carácter vidrioso y poseído de gran egolatría”.

En 1913 se traslada a Madrid y trabaja en el Laboratorio de Histopatología del Sistema Nervioso que dirigía Nicolás Achúcarro Lund (1880-1918). Una vez en la capital de España, obtiene una beca para ampliar conocimientos en París y Berlín, pero la Primera Guerra Mundial le obliga a volver a Madrid. Tras el fallecimiento de Achúcarro, en 1918, se hace cargo de la dirección del laboratorio histopatológico y, en poco tiempo, don Pío hace de él un centro de investigación de gran categoría internacional. Prueba de ello es que grandes científicos se trasladaron a Madrid para trabajar en su laboratorio; es el caso, por ejemplo, del norteamericano Wilder Penfield.

Al iniciarse la Guerra Civil se exilia a Francia donde trabaja como histopatólogo en el Hospital de la Pieté de París; posteriormente marcha a Gran Bretaña para investigar en la Universidad de Oxford (de la que fue nombrado doctor honoris causa). Finalmente, en 1940, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, va a Buenos Aires y dirige, hasta su muerte en 1945, un laboratorio histológico dependiente de la Institución Cultural Española de la capital argentina.

Pío del Río Hortega, igual que un gran número de científicos de su tiempo, se integra en el espléndido ambiente cultural que se vive en la España del primer tercio del siglo XX. Es decir, es un científico que, como muchos, no está sólo interesado en asuntos de laboratorio. Prueba de ello es su relación con los intelectuales de la Residencia de Estudiantes y algunas publicaciones como “Arte y artificio de la ciencia histológica” (1933).

En el mundo de la ciencia don Pío destacó por la precisión de sus tinciones tisulares. En efecto, fue alterando la tinción de Achúcarro (que utilizaba tanino y plata amoniacal) de tal manera que consiguió realizar importantes estudios de la estructura anatómica de las neuronas y de la neuroglía, desarrollando su famoso método del carbonato de plata amoniacal (1918). Estos métodos de tinción permitieron el descubrimiento de unas células que Ramón y Cajal había llamado tercer elemento o glía adendrítica; los otros elementos eran las neuronas (primer elemento) y la neuroglía (segundo elemento), donde se encontraban formas celulares como los astrocitos de la sustancia gris y los de la sustancia blanca. En efecto, Río Hortega demostró la existencia de dos estirpes celulares diferentes en este tercer elemento: las células de oligodendroglía y las células de microglía.

Además, en la década de los 20, el investigador castellano publicó numerosas investigaciones sobre la morfología y génesis de estas células que le valieron renombre internacional. Así, dos importantes científicos alemanes (Metz y Spatz) ya hablaban en esos años de las “células de Hortega” para designar a la microglía. Por otro lado, su discípulo Ortiz Picón destacó como “el trabajo más original y mejor acabado que ha producido Río Hortega” el que publicara en la Memorias de la Sociedad Española de Historia Natural con el título de “Tercera aportación al conocimiento morfológico e interpretación funcional de la oligodendroglía” (1928).

Y es con los trabajos científicos de esa época cuando surge un aspecto muy negativo, y no bien conocido, de la personalidad de Santiago Ramón y Cajal. En efecto, parece que el sabio de Petilla debió de sentirse “celoso” con los hallazgos de don Pío y en 1920 escribió dos artículos contra sus trabajos científicos. En uno asignaba la prioridad del descubrimiento de la microglía a un científico irlandés (William Ford Robertson) que, como muy bien demostró posteriormente Río Hortega, había equivocado la identificación de células de la oligodendroglía. Además, el genial don Santiago, intentó quitarle importancia al método de tinción con carbonato argéntico de Río Hortega. Pero no fue Cajal el único que menospreció la obra del castellano: Fernando de Castro y Rodríguez (1896-1967) y Rafael Lorente de No (1902-1990) también pretendieron ningunear sus hallazgos científicos. Bien es cierto que los tres científicos citados reconocieron posteriormente sus equivocaciones y acabaron ponderando los extraordinarios descubrimientos del sabio vallisoletano.

En fin, el principio vital de Pío del Río Hortega se puede resumir con estas palabras suyas: “El espíritu del investigador arde, sin consumirse, en una lámpara de tres llamas: la policroma de la sensibilidad artística; la blanca y luminosa de la inquietud por descubrir nuevas verdades; la azul, en fin, cuyo vértice se eleva muy alto y busca la eternidad”.

Leonardo Torres Quevedo

Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña-Molledo, 1852-Madrid, 1936) es sin duda uno de los personajes más injustamente olvidados de nuestra historia. Gracias a él hoy tenemos las máquinas analógicas de cálculo, las máquinas de escribir, el ajedrez electrónico, el puntero láser (aunque viendo como lo utilizan algunos en el fútbol mejor que no lo hubiese inventado), el dirigible…Y un día como hoy de 1916 se puso en funcionamiento en las Cataratas del Niágara su transbordador (Spanish Aerocar) que hoy en día sigue en funcionamiento y se sigue utilizando en muchos otros lugares. 

Maurice d'Ocagne decía de Torres Quevedo: "El más prodigioso inventor de nuestro tiempo" (1930).

Andrés Manuel del Río

Andrés Manuel del Río (Madrid, 1764-México, 1849) fue un mineralogista descubridor del vanadio, un metal blando y poco abundante usado en aleaciones.

Biografía

Lo encontró en 1801 en una mina de Zimapán (México) y lo fue bautizando con diversos nombres (zimapanio, pancromio –por su diversidad de colores– y eritronio –por tornarse rojizo al calentarse–), pero cuando entregó unas muestras a su amigo Alexander von Humboldt para que las analizara el químico francés H. Victor Collet-Descotils le respondieron equivocadamente que solo contenían cromo, así que pensó que su descubrimiento había sido un error.

Tres décadas más tarde, en 1830, el químico sueco Nils Gabriel Sefström redescubrió el colorido elemento y lo denominó vanadio en honor a la diosa de la belleza Vanadis de la mitología escandinava. Al año siguiente, su colega alemán Friedrich Wöhler confirmó que se trataba del mismo elemento que ya había encontrado el científico hispano-mexicano.

Andrés Manuel del Río, tras una productiva vida académica en Europa y Norteamérica, murió el 23 de marzo de 1849 en ciudad de México.

domingo, 10 de marzo de 2019

Arturo Duperier Vallesa




Arturo Duperier Vallesa (Pedro Bernardo, Ávila 12 de noviembre de 1896 – Madrid, 10 de febrero de 1959) fue un físico español, destacado especialmente por su estudio de la radiación cósmica.

Biografía

Se formó desde 1924 bajo la dirección de Blas Cabrera, de quien era el discípulo predilecto, primero en el Laboratorio de Investigaciones Físicas, fundado en 1910, y luego en el departamento de Electricidad y Magnetismo del Instituto Nacional de Física y Química, que aquél dirigió hasta su exilio; ambas instituciones bajo la égida de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Con Blas Cabrera formuló la luego conocida como «ley de Cabrera-Duperier». En 1929, Gracias a una pensión de la JAE pudo estudiar en Estrasburgo, trabajó con Pierre Weiss, y luego, en 1932, en París con Charles Maurin.

En el año 1939, con el final de la guerra civil, se exilió a Inglaterra, ejerciendo como profesor de la Universidad de Birmingham y del Imperial College de Londres. Es en esta época, en la que se comenzó a considerar fundamental el conocer las variaciones de intensidad de los rayos cósmicos a nivel del mar en el transcurso del tiempo, fue requerida su participación en un proyecto desarrollado a tal fin, llevado a cabo por el Departamento de Física de la Universidad de Mánchester. El proyecto estaba dirigido por el que seria Premio Nobel de Física en 1948 P. M. S. Blackett. Duperier se consolidó, gracias al trabajo de esos años, como una autoridad mundial en materia de rayos cósmicos, la especialidad de la que ha derivado la moderna física de partículas.

Duperier había sido destituido de su cátedra universitaria, como parte del proceso radical de depuración al final de la guerra, a la vez que Blas Cabrera, Enrique Moles, Cándido Bolívar y otros catedráticos de ciencias. El principal cargo contra él ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas nº 9 de Madrid, fue no haber aprovechado para desertar de la República una estancia en París, en julio de 1937, donde representaba a España en la Conferencia Internacional de Cronometría y Metrología.

En 1953 vuelve definitivamente a España, y empieza a impartir en su Cátedra de la Universidad de Madrid la nueva disciplina de Radiación Cósmica, que alterna con importantes estudios que presenta en numerosos Congresos Internacionales donde es insistentemente solicitado. Duperier retornó a España aprovechando el impulso dado por Joaquín Ruiz-Giménez, a la sazón ministro de Educación Nacional, a la recuperación de cerebros exiliados, pero a su regreso, no le fue permitido introducir al país el laboratorio donado por los físicos británicos, lo que no consiguió tampoco durante el resto de su vida. Duperier que había destacado como experimentador, no pudo continuar su investigación empírica de los rayos cósmicos, quedando relegado a la impartición de cursos teóricos. 

Electo miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales el 5 de febrero de 1958, fue nombrado para el mismo sillón que Miguel Catalán Sañudo pero, como él, falleció sin haber tomado posesión. 

En 1959 le fue concedido, a título póstumo, el Premio de Ciencias Juan March.

Publicaciones


Magnetismo de materiales

"Estudio termomagnético del agua, algunas disoluciones de algunas sales sódicas paramagnéticas", tesis doctoral, Universidad de Madrid, (1924).

"Variación de la constante diamagnética del agua con la temperatura" con B. Cabrera, Anales de la Sociedad Española de Física y Química (ASEFQ), 22, 160-167, (1924).

"Estudio termomagnético de algunas disoluciones", ASEFQ, 22, 383-397, (1924).

"La variation thermique du magnétisme de l'eau et de quelques solutions paramagnétiques" con B. Cabrera, Jour. Phys. et Radium, 6, 121-138, (1925).

"Sur le paramagnétisme des familles du palladium et du platine" con B. Cabrera, Comptes Rendus, 185, 414-416, (1927).

"Sur les propriétés paramagnétiques des terres rares" con B. Cabrera, Comptes Rendus, 188, 1640-1642, (1929).

"Acerca de las propiedades magnéticas de las tierras raras" con B. Cabrera, ASEFQ, 27, 671-682, (1929).

"Nuevo estudio térmico sobre las propiedades magnéticas de las tierras raras", ASEFQ, 28, 47-55, (1930).

"Estudio termomagnético de algunos compuestos anhidros de Co y Ni" con B. Cabrera, ASEFQ, 29, 5-14, (1931).

"Magnetismo de algunos cloruros de la familia del platino", Bol. Acad. Cien., 9, 1-9, (1936).

"Further results on the magnetism of chlorides of the palladium and platinum triads of elements" con B. Cabrera, Proc. Phys. Soc.,51, 845-858, (1939).Meteorología

"Concepto de temperatura en la materia y en la radiación", An. Soc. Esp. Met., 1, 24-48, (1927).

"Estudio termodinámico de la condensación por convección", An. Soc. Esp. Met., 1, 71-78 y 103-105, (1927). También publicado en ASEFQ, 26-2ª parte, 5-24, (1928).

"Distribución vertical de la temperatura en la atmósfera del centro de España", ASEFQ, 30, 743-750, 1932. También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 1, 10 pp., (1933).

"Sobre las fluctuaciones del campo eléctrico terrestre", ASEFQ, 30, 751-758, 1932. También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 2, 10 pp., (1933).

"Les fluctuatuions du champ électrique terrestre" con G. Collado, Comptes Rendus, 197, 422-423, (1933).

"Sobre la conductibilidad eléctrica del aire en Madrid" con J.M. Vidal, ASEFQ, 35, 5-20, (1937). También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 6, 23 pp., (1937).

"Las fluctuaciones simultáneas del potencial eléctrico, de la conductibilidad y de la carga espacial del aire" con J.M. Vidal y G. Collado, Serv. Met. Esp., Serie A, 8, 19 pp., (1938).

Radiación Cósmica


"La radiación cósmica en Madrid y en Valencia", ASEFQ, 35, 249-262, (1937). También publicado en Serv. Met. Esp., Serie A, 7, 18 pp., (1937)

"The seasonal variations of cosmic-ray intensity and temperature of the atmosphere", Proc. Roy. Soc. A, 177, 204-216, (1941).

"Cosmic rays and solar and geomagnetic activity", The Observatory, 64, 190, (1942).

"Cosmic rays and magnetic storms", Nature, 149, 579-580, (1942).

"An exceptional increase of cosmic rays", Nature, 151, 308, (1942).

"A new cosmic-ray recorder and the air-absorption and decay of particles", Terrestrial magnetism and atmospheric electricity (Carnegie institution of Washington), 49, 1 (1944).

"Absorption in the atmosphere and decay of cosmic rays", Nature, 153, 529-530, (1944).

"The geophysical aspect of cosmic rays", Proc. Phys. Soc., 57, 464-477, (1945). También publicado en Nature, 783, (1945).

"Cosmic rays and the freat sunspot group of January 29 - February 12, 1946" con M. McCaig, Nature, 157, 477, (1946).

"A lunar effect on cosmic rays?", Nature, 157, 296, (1946).

"Solar and sidereal diurnal variations of cosmic rays", Nature, 158, 196, (1946).

"Solar and sidereal 6-hourly variations of cosmic rays", Nature, 158, 944-945, (1946).

"Temperature effect of cosmic rays", Proc. Cosmic ray international conference at Cracow (Poland-oct.1947).

"Further results on the cosmic ray lunar effect", Proc. cosmic ray international conference at Cracow (Poland-oct.1947).

"The tempereature effect on cosmic-ray intensity and the height of meson formation", Proc. Phys. Soc., 61, 34-40, (1948).

"Temperature at the height of 100mb and the intensity of mesons at sea level", suplemento especial sobre rayos cósmicos de Research, 73-75, (1949).

"Latitude effect and pressure-level of meson formation", Nature, 163, 369-370, (1949).

"The meson intensity at the surface of the earth and the temperature at the production level", Proc. Phys. Soc., 62, 684-696, (1949).

"Solar influences on cosmic rays", Council international des unions scientifiques. Sixieme rapport de la commission pour l'etude des relations entre les phenomenes solaires et terrestres, 193, (1949).

"Amplitude of the diurnal variation of cosmic ray intensity and geomagnetic activity", cosmic ray international conference at Como, (1949).

"Temperature of the upper atmosphere and meson production", Nature, 167, 312-313, (1951).

"On the positive temperature effect of the upper atmosphere and the process of meson production", Journal of atmospheric and terrestrial physics, 1, 296, (1951).

"The diurnal variation of cosmic rays and the m regions of the sun", Recueol des travaux du confres international sur le rayanement cosmique a Bagneres de Bigorre (Francia), 9,julio del 53.

"On the positive effect", Communication to the cosmic ray international conference at Guanajuato (México), sept-1955.

"The positive effect of cosmic rays at sea-level", Facultad de Ciencias de la Univ. de Madrid, (1956).

"Nuevo método para el cálculo de los fenómenos de interacción entre partículas datadas de altísimas energías y de sus trayectorias", Congreso de rayos cósmicos de Edimburgo, (1958).

Otras obras


"Llamamiento a los intelectuales del mundo de los hombres de ciencia y artistas de la Casa de la Cultura de Valencia" con E. Moles, A. Machado y otros 20, Valencia, (1937).